Prevención del agrietamiento del fruto en los jitomates

Por George Arraf – Especialista en producción tomatera

El agrietamiento del fruto en tomates, como en muchas otras frutas tales como uvas, manzanas, sandías y melones, es uno de los factores que conduce a la pérdida del rendimiento de la cosecha.

Los agricultores deben ser conscientes de este tema y referirse a él en cada una de las etapas del cultivo, ajustando la gestión del mismo a las condiciones. El agrietamiento del fruto se ve afectado por varios factores, de los que algunos son ambientales, otros genéticos y otros están vinculados a la forma de gestión. En numerosos casos es una combinación de todos estos factores.

El agrietamiento puede ocurrir en etapas muy tempranas del cultivo, ya algunos días después de la aparición del fruto. Puede ocurrir tanto en frutos verdes como en frutos maduros.

El agrietamiento puede aparecen en formas diversas: grietas radiales, grietas longitudinales, microgrietas, «cara de gato» y extremos de florecimiento abiertos.

Uno de los principales periodos de sensibilidad al agrietamiento es durante la maduración del primer racimo. Más específicamente, en el transplante a comienzos del verano, cuando la planta no está equilibrada desde el punto de vista hormonal y está cargada con frutos.

El factor principal que causa el agrietamiento es la humedad excesiva en ele suelo, sea por riego o por precipitaciones pluviales.

Debido a la alta presión del agua desde el sistema radical, comienzan a aparecer grietas en los frutos. Si al periodo húmedo siguen días secos, el problema del agrietamiento empeora. Entre mayor sea la amplitud de la humedad, mayor será el riesgo de que aparezcan grietas. Algunas variedades son más sensibles al agrietamiento que otras, basándose en sus antecedentes genéticos.

Otro factor que aumenta el agrietamiento, principalmente en frutos verdes, es una alta intensidad de la luz y temperaturas elevadas, particularmente cambios bruscos en la temperatura. El uso de redes para sombra de 25-35% puede reducir el agrietamiento durante la primavera y el verano. Al proteger los frutos, sobre todo los verdes, de la radiación directa en la temporada estival podemos reducir el agrietamiento. Esto se logra limitando la poda de hojas.

Intente no recortar hojas hasta tanto los racimos no tengan por lo menos un fruto rojo, dejando por lo menos 14 hojas por planta durante el periodo caliente. Durante el transplante, las plantas son muy sensibles al calor y deben recibir una protección adicional rociándolas con agua.
Cuando las temperaturas son elevadas, un rociamiento de 30 segundos cada media hora reducirá el estrés provocado por el calor y puede reducir los agrietamientos en el futuro. También es importante que las diferencias de temperaturas entre el día y la noche se mantengan al mínimo, ya que se trata de otro factor que puede aumentar el riesgo de agrietamientos.

Al utilizar hormonas para mejorar la aparición del fruto, especialmente en periodos calientes, debemos asegurarnos que utilizamos bajos niveles de hormonas, ya que dosis excesivas pueden aumentar el riesgo de agrietamientos. Esto es particularmente cierto para el primer racimo.

En la temporada invernal, una humedad alta puede aumentar los agrietamientos en invernaderos. La presión del agua desde las raíces no tiene hacia dónde ir, pues la transpiración de las hojas está reducida por la alta humedad. Una buena ventilación del invernadero puede reducir la humedad, y así reduce el agrietamiento.

Como conclusión: son numerosos los factores que pueden causar grietas. No todos ellos son controlables, pero debemos intentar mantener bajo control aquellos que son ambientales y de gestión. De tal modo se puede reducir el agrietamiento e incrementar significativamente la producción. Como siempre, en Hazera Genetics estamos a su disposición para ayudarles. Para obtener más información, escríbanme a ask-george@hazera.com o contacten a su representante local de Hazera.